Buenos Aires se Vistió de Resistencia en la 34ª Marcha del Orgullo
El asfalto porteño se transformó, este sábado, en un lienzo vibrante de colores y consignas. Decenas de miles de personas tejieron una marea arcoíris que desbordó el centro de la ciudad en la 34ª Marcha del Orgullo LGBTQ+ argentina, una manifestación que fue mucho más que un desfile: se erigió como un potente pulso social contra el creciente clima de odio y la política de desmantelamiento de derechos impulsada por el gobierno de Javier Milei.



Bajo el lema “Frente al odio y la violencia: más orgullo y unidad”, la movilización, convocada por colectivos de diversidad y organizaciones de derechos humanos, partió con el sol de la tarde desde la histórica Plaza de Mayo. Frente a la Casa Rosada, cuna del poder ejecutivo, se sintió el primer rugido de una comunidad que exige visibilidad y protección. La columna avanzó, imparable, hasta culminar su recorrido frente al Congreso Nacional, cerrando la jornada con discursos encendidos y un festival de música que celebraba la identidad en un acto de pura resiliencia.
Los Fantasmas del Recorte: Una Realidad Cotidiana
La presencia masiva reflejó una preocupación palpable, un eco amplificado de las voces que sienten la retracción de derechos. Nahuel Vassallo, un joven empleado y estudiante universitario de 22 años que se hizo eco de este sentir en exclusiva para JotaPosta, resumió el espíritu de la jornada: “Hoy en día con el gobierno actual hay mucho odio. Se ve en la calle y en las redes sociales. Por eso estar acá defendiendo nuestros derechos y lo que somos está muy bueno.”
Desde su llegada a la presidencia en diciembre de 2023, la administración de Milei ha ejecutado recortes sensibles y simbólicos que impactan directamente en las políticas de diversidad e inclusión. Entre ellos, la eliminación del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad, la disolución del Instituto Nacional contra la Discriminación (INADI) y la supresión de trece programas esenciales contra la violencia de género del Ministerio de Justicia. Estas decisiones no son solo administrativas; para la comunidad, son gestos concretos que abren grietas de vulnerabilidad y legitiman discursos de odio.
La Marcha del Orgullo 2025 se convirtió así en el espejo de una realidad que insiste en mirar hacia abajo, en un acto colectivo de reafirmación: la lucha por la igualdad y el respeto es un movimiento que no se detiene, un grito de amor y resistencia que resuena con más fuerza cuando intentan silenciarlo. Buenos Aires bailó y marchó, demostrando que la misma realidad, bajo otra mirada, siempre será un espacio de encuentro y diversidad.
Fotos/VIdeo: @_ph_pwr




