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Crisis de vivienda en Europa: informe revela que el concepto ‘asequible’ excluye a los más pobres

El viejo continente ha vuelto a temblar, pero no por un sismo telúrico, sino por el crujido silencioso de un derecho que se desmorona. aquel refugio sagrado, la casa, la palabra ‘hogar’, hoy se ha transformado en un espejismo para los más modestos, en una cifra que devora el futuro. la alarma llega desde parís, donde la fundación para la vivienda de los desfavorecidos y feantsa (federación europea contra el sinhogarismo) han presentado un informe demoledor: la llamada ‘vivienda asequible’ es, en realidad, la gran estafa de nuestro tiempo.

el estudio saca los colores a la crisis de la vivienda en europa con datos que queman: en 2024, los hogares que viven bajo el umbral de la pobreza destinaron un brutal 37 % de sus ingresos solo al alquiler o la hipoteca, ¡casi el doble que el 19 % de la media! y el drama es continental: el 29 % de la población reconoce tener serias dificultades para llegar a fin de mes, un ascenso meteórico del 32 % en solo un año.

la esencia del problema es la perversión del parque social. la sustitución progresiva de la vivienda social pública por programas de “vivienda asequible” atados a fondos privados y a la lógica del mercado está inflando los precios y cerrando la puerta en las narices de los más vulnerables. la propia noción de “asequible”, advierte manuel domergue, director de estudios de la fundación, “puede terminar significando lo contrario de lo que promete”.

la tragedia tiene nombres propios: en españa, el esfuerzo excesivo afecta al 30 % de los hogares con menores ingresos. en francia, se acumulan 2,8 millones de solicitudes de vivienda social sin respuesta. y en el reino unido, la categoría “asequible” permite alquileres hasta el 80 % del precio de mercado, un chiste cruel para quien no tiene nada. mientras tanto, la sombra del sinhogarismo se alarga, habiendo afectado ya al 4,9 % de la población europea a lo largo de su vida.

las organizaciones son claras, y su reclamo es un mandato moral: el futuro ‘plan europeo para la vivienda asequible’ de 2026 debe desviar los fondos comunitarios hacia la vivienda pública y duradera, lejos del aliento de la especulación.

la sentencia es clara y sin anestesia, un eco que debe resonar en los despachos de bruselas: “un hogar no puede ser un producto financiero; debe ser un derecho”, remató ruth owen, directora de la feantsa. mientras los fondos privados siguen bailando sobre el cemento, una europa desprotegida exige que el techo vuelva a ser una promesa, y no la hipoteca de la dignidad.

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