Ali vs Ringo: el día que un argentino hizo temblar al más grande del boxeo mundial
El 3 de junio de 2016, el mundo del boxeo se detenía para despedir a Muhammad Ali, el más grande. A los 74 años, el tricampeón mundial de los pesos pesados fallecía en Arizona dejando un legado imborrable: su estilo único, su verbo afilado y su firmeza política convirtieron al campeón en un símbolo más allá del ring.
Pero en Argentina, cada vez que se nombra a Ali, hay una historia que vuelve una y otra vez: su duelo con Oscar “Ringo” Bonavena, el boxeador argentino que lo enfrentó sin miedo, en el ring y en la previa, a pura lengua, provocación y valentía.
Nueva York, 1970: cuando Ringo desafió al mito
La pelea se dio el 7 de diciembre de 1970 en el Madison Square Garden, y fue mucho más que un combate: fue un choque de personalidades. Ali volvía al boxeo tras tres años de suspensión por negarse a ir a la guerra de Vietnam. Ringo, por su parte, era el típico argentino irreverente: sin pelos en la lengua, carismático y peligroso.

Durante la previa, Bonavena se encargó de provocarlo con todo tipo de frases: lo llamaba “Gallina” por no pelear durante años, y aseguraba que lo iba a mandar al hospital. Ali, acostumbrado a dominar la escena verbal, encontró en Ringo un rival que no se achicaba. “Este tipo me saca de quicio”, dijo el estadounidense.
Una pelea dura, un final inevitable
El combate fue intenso. Bonavena resistió hasta el 15º round, algo que pocos habían logrado. Pero en los minutos finales, Ali lo derribó tres veces y se llevó la victoria por nocaut técnico.
Lo que quedó fue más que un resultado: fue el respeto. Ringo se había bancado el show, la presión, y le había peleado de igual a igual al más grande. “Si Bonavena no hubiera sido tan bocón, quizás lo habrían querido más”, dijo alguna vez un periodista estadounidense. Pero acá, en Argentina, esa bocaza es parte del mito.
Dos leyendas, un mismo ring
Años después, Bonavena moriría trágicamente en EE.UU., dejando también una historia de novela. Pero aquella noche en Nueva York quedaría grabada como uno de los momentos más icónicos del boxeo argentino.
Este 3 de junio, a 9 años de la muerte de Ali, recordamos al campeón eterno. Y también, cómo no, al único argentino que se animó a pelearle sin bajarle la mirada.


